Después de varios días de copiosas nevadas hoy, parece que el sol va hacer acto de presencia.
Nos levantamos con la ilusión de volver a pisar algo de nieve y disfrutar de esos paisajes espectaculares que nos ofrece.
Nos dirigimos a Ribota, pueblo de Laviana situado a 330 m. de altitud. Cruzamos el pueblo y a la salida de éste aparcamos nuestro vehículo.
Un vistazo a Ribota cubierto por una fina capa de nieve.
Emprendemos nuestra caminata recorriendo unos metros por la carretera que va a L'Acebal. La nieve estaba acumulada en las cunetas, la carretera limpia, perfecta para transitar.
Tomamos la primera pista ganadera que encontramos a nuestra derecha. Comenzamos a tener el primer contacto con la nieve.
En la ladera contraria comenzamos a divisar el pueblo de L'Acebal
Entramos en un bosque con los árboles desnudos, ateridos y encogidos por este severo invierno. Aquí caminamos sobre una mezcolanza de nieve y barro.
Dejamos una fuente a nuestro paso, de momento el agua no apetece.
Salimos del bosque y el paisaje se abre con una amplitud que nos permite disfrutar de este maravilloso espectáculo. Cubiertas por una blanca capa que solamente de vez en cuando el invierno les regala, encontramos unas extensas praderrías separadas por típicos cierres que confeccionan un bonito dibujo.
Junto a las hermosas praderías una fuente abrevadero. Seguro que en verano el ganado lo agradece mucho.
¡Este tramo del camino es una gozada!, al ser totalmente llano, nos permite relajarnos para disfrutar de este grandioso espectáculo.
Terminamos este camino placentero y con curva y contracurva comenzamos nuevamente a subir. Seguimos las huellas del tractor ¡qué bien nos vienen! pues la altura de la nieve ya es considerable y nosotros vamos simplemente con botas.
Seguimos avanzando y la pendiente se suaviza. Arriba, casi inapreciable y casi tapado por la nieve, distinguimos el pueblo de La Pomarada.
Hacer a lo largo del camino numerosas paradas para contemplar un paisaje de ensueño es inevitable. Abajo podemos apreciar Ribota (pueblo del que salimos) algo más alejado (en la otra ladera, L'Acebal)
A medida que vamos ganando altura la abundancia de nieve aumenta, nosotros seguimos aprovechando las rodadas del tractor que nos hacen más fácil el caminar.
Parada necesaria para contemplar este paisaje de postal, donde predomina el blanco contrastando con el oscuro de cierres y troncos, y en el cielo unas bonitas pinceladas realizadas por las deshilachadas ramas.
Seguimos subiendo pausadamente y atrás van quedando algunas cabañas que calladas y silenciosas soportan el peso de la nieve sobre sus tejados.
Espectacular imagen de todo el valle del Raigosu y valles en torno a Peña Mea.
El espesor de la nieve ya alcanza en algunas zonas los 40 cm, pero las huellas del tractor nos permiten seguir avanzando sin raquetas.
No hay prisa, una parada y una mirada atrás para contemplar y disfrutar de este impresionante paisaje nevado que hoy nos está regalando la naturaleza.
A nuestro paso dejamos algunos cierres de fincas que hoy el espesor de la nieve no permite abrir.
Impresionante como está todo...¡Menuda subida más guay que hemos encontrado hoy! La nieve ya cubre los matorrales que bordean la pista pero tras ellos contemplamos unas panorámicas espectaculares.
Se está tan agusto aquí, andando por la nieve, sin viento con una agradable temperatura y disfrutando de un paisaje idílico que apetece seguir adelante, pero las rodadas del tractor ya no están ¡con lo que nos ayudaban!. No queda más remedio que poner fin a nuestro paseo.
¡Impresionante caminata!. Hoy la naturaleza nos ha regalado un espectacular paisaje nevado. No es una ruta marcada, pero resulta una subida fácil y muy bonita para un pequeño recorrido.
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