Salimos de Oviedo por la antigua carretera de Mieres, tomando la salida a Foz de Morcín y continuamos hacia Riosa. Al llegar al pueblo de La Vega, tomamos la carretera que sube al Angliru y por ella vamos hasta el área recreativa de Viapará (en su aparcamiento dejamos el coche)
Con un día frío, triste, y con la niebla acechando en toda la Sierra
del Aramo, comenzamos nuestra caminata. EL Monsacro. Perteneciendo a la sierra
del Aramo, forma él, en solitario, el centro del concejo, separándose del resto de las montañas por
amplios valles
Desde el aparcamiento y con estas vistas espectaculares
comenzamos a caminar por carretera. Llegamos al área recreativa de Viapará. 2
Bordeamos el área dirigiéndonos al norte. Nada más salir ya divisamos
a lo lejos nuestro objetivo del día, el Monsacro.
Atrás
dejamos la subida al Angliru y la sierra
del Aramo, cubierta por una espesa cortina de niebla.
Caminamos
contemplando bonitas vistas de las tierras de Morcín.
Estamos
llegando a “Curva Llagos” donde tomamos la pista hormigonada, cruzándonos en ella con una manada de vacas
que bajan de las laderas del Monsacro.
La
pista en zig-zag va ganando altura y atrás
vamos dejando el área recreativa de Viapará y la Sierra del Aramo, la niebla sigue impidiendo que la veamos.
Dejamos
el hormigón y pasamos a pista de tierra ancha y cómoda, mientras vemos a lo
lejos el camino que nos ha de llevar hasta nuestro objetivo. El Monsacro, majestuoso
en el centro del Valle de Morcín.
Cruzamos
esta portilla y seguimos por un tramo de sendero bien marcado.
Llegamos a las praderías de Covarriella donde un grupo de
caballos y yeguas con sus crías
aprovechan estos buenos pastos.
Descendemos
por una amplia pista de tierra, ya tenemos nuestro objetivo más cerca.
Continuamos nuestra marcha contemplando espléndidas vistas con el pueblo de
Llanos a la izquierda y abajo la Foz de
Morcín.
Nuestro
objetivo va estando más cerca. Ahí tenemos el Monsacro presidiendo todas las
tierras de Morcín.
Vista
de las praderías que cubren las tierras
entre el Monsacro y el Aramo (que sigue sin dejarse ver)
Cruzamos
otra portilla y el camino se convierte en
una estrecha Calella de piedra suelta.
En las
praderas de la falda misma del Monsacro encontramos esta vaca, que ella sola acaba de
tener un ternerín, que por instinto
maternal está acariciando. Las demás vacas de
su manada siguen “a su bola” sin preocuparse del acontecimiento. La
naturaleza siempre te presenta momentos especiales
Seguimos
subiendo ahora por un camino ancho y bien marcado.
Ya nos
encontramos bajo la gran mole rocosa del Monsacro.
Llegamos
hasta la cueva (para verla). Después
retrocedimos unos metros para tomar el último repecho por la canal que nos
sube a la cima.
Desde aquí
las vistas son impresionantes.
Esta
canal es la que seguimos y nos lleva a la collada.
Ahí lo tenemos…. a mano. Subido este último repecho como el día no acompaña y la niebla estaba continuamente
acechando, decidimos dar por finalizado nuestro paseo.
Con
estas espectaculares vistas, poco a poco vamos bajando hasta el área recreativa
de donde habíamos partido.
Es una ruta
fácil y sencilla donde se puede disfrutar de vistas preciosas, aunque lamento
que las fotos de hoy, por el día nublado
y con niebla, no puedan mostrar este bellísimo paisaje en todo su esplendor.
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